"¿Quién esparce la nieve? ¿Quién derrite el hielo?
¿Quién pinta de gris los días?
¿Quién los hace bellos?"
Frederick
Publicado originalmente en el año 1967, de la colección Libros para soñar, Editorial Kalandraka, uno de los grandes clásicos infantiles de Leo Lionni, un autor de gran trayectoria, diseñador e ilustrador (1910, Ámsterdam, Holanda - 1999 Toscana, Italia) pionero del álbum moderno, muy reconocido dentro del gremio de Literatura infantil, quien siguen estando presente con su legado creativo y literario, sus publicaciones infantiles desde los años 60's hasta la fecha.
Libros como Pequeño Azul y Pequeño Amarillo, Nadarín, Una piedra extraordinaria, junto a Frederick, son sólo algunos de sus libros más solicitados por los pequeños.
Una familia de ratoncitos se prepara para recibir el crudo invierno, recolectando provisiones, sin embargo hay uno de ellos que no trabaja igual que el resto, es Frederick, quien se aparta del grupo, para recolectar los rayos del sol, recoger colores y palabras.
Frederick lo seleccioné para leer en pre escolar, kinder, primer y segundo ciclo, entre 5 a 8 años. Este ratón observador, meditativo y cautivador, tuvo una bonita conexión con muchos de ellos, permitiendo crear un puente entre los niños y la poesía, un vinculo con la belleza de las palabras a través del personaje.
Los niños se quedaban pensando al oír la frase "recojo colores para el invierno gris". Cerrábamos los ojos, todos juntos, para imaginar y sentir el calor y el dorado de los rayos del sol que Frederick, el ratón poeta, nos intentaba traspasar a través del libro.
¿Qué es ser un poeta? ¿Qué es la poesía? preguntas que se generaban en conversaciones posteriores con los niños, luego de éstas lecturas, con respuestas sutiles, asombrosas, provenientes de la riqueza del pensamiento y lógica infantil.
Los niños más grandes, me preguntaban -entonces ¿Frederick es flojo? ¿por qué no hace lo mismo que el resto? los demás debatían, argumentando que quizás esa era su misión en la vida, entregar magia mediante la palabra y la poesía, agregando que él tenía el derecho de ser distinto y creían que debía de ser respetado como tal.
Pero, ¿por qué queremos tanto a Frederick, grandes y chicos? Quizás por su personalidad tímida, profunda, por su contenido o sus bellas ilustraciones en collage, pero por sobre todo, por la reflexión que provoca en pequeños y grandes, que sin pretender educar, nos enseña tanto.
Es de esos libros que todos quisiéramos atesorar en nuestra biblioteca y ojalá regalar a quienes más queremos, para que continúe trascendiendo la obra de su autor, en cada estación del año, en cada rayo de sol.
